SER CASA DE ACOGIDA ES ABRIR LAS PUERTAS DE TU HOGAR A UN ANIMAL NECESITADO, CON LA FINALIDAD DE SALVARLO DE LA CALLE Y SUS CRUELES CONSECUENCIAS.
UNA VEZ QUE ÉSTE SE ENCUENTRA SANO TANTO FÍSICA COMO PSICOLÓGICAMENTE ES AHÍ CUANDO ESTÁ PREPARADO PARA QUE OTRA PERSONA LO ADOPTE.
DEBEMOS RECORDAR QUE ACOGER NO ES LO MISMO QUE ADOPTAR. LA ACOGIDA ES UN HOGAR TEMPORAL, TODO LO CONTRARIO A LA ADOPCIÓN. QUE CONSISTE EN DARLE UN HOGAR DEFINITIVO AL ANIMAL.
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?
Hacerse casa de acogida supone en el animal la diferencia entre vivir o morir. La mayoría de los animales que han sido abandonados llegan a nosotros con heridas físicas y psicológicas, heridas que sin la ayuda de la casa de acogida serían imposibles de curar.
En muchos casos, cuando nos encontramos animales que llegan con pánico a las personas como consecuencia de haber sufrido maltrato, es ahí cuando la casa de acogida entra en acción y consigue que ese animal supere ese trauma. Otro ejemplo es cuando aparecen animales atropellados, apaleados, muy malheridos; es trabajo de la casa de acogida cuidarlo para que recupere su estado de salud normal. O también cuando nos llegan camadas de bebés sin sus madres, la casa de acogida es la responsable de cuidar de ellos y de hacer de madre a la hora de dar biberones.
Para asociaciones protectoras de animales que no cuentan con un espacio material donde albergar a éstos, como lo es el caso de La Posada Felina de Parla, las casas de acogida son el soporte escencial que mantiene en funcionamiento la asociación.
¿CÓMO SABER SI ERES APTO/A PARA SER CASA DE ACOGIDA?
Todos podemos ayudar, pero hay que tener en cuenta que estaremos tratando con un ser vivo, un ser vivo con necesidades que nosotros debemos cubrir. Por ejemplo, si acogemos un cachorro lactante debemos saber que necesitaremos aprender a dar biberones, una habilidad que se adquiere con la experiencia. Si se trata de recién nacidos, hay que saber que los animales no regulan su temperatura corporal durante sus primeras semanas de vida, por lo tanto debemos brindarle nosotros ese calor para evitar que mueran de hipotermia. Por el contrario, si decidimos acoger un adulto, debemos saber que necesitan otras atenciones, por ejemplo los perros necesitan ejercicio, salir a dar paseos, socializarse con otros animales; y en el caso de gatos adultos, necesitarán formas de desarrollar sus cualidades, como por ejemplo el uso de rascadores.
Y luego están las necesidades básicas: comida, cariño y mucha atención. Para entender esto de una manera mejor, a continuación se detallan algunos consejos para quienes quieren ayudar haciéndose casa de acogida.
CONSEJOS SI ESTAMOS PENSANDO EN ACOGER UN ANIMAL
Debemos conocer nuestros límites: tenemos que pensar con claridad qué animal somos capaces de atender y qué necesidades sabremos o no cubrir. No todos los animales demandan los mismos cuidados. Para ello siempre es bueno informarse, preguntar al veterinario o incluso a personas conocidas que tengan experiencia.
Pide ayuda, tanto a la asociación con la que decidas colaborar, como a tus seres de más confianza siempre que lo necesites.
No te desanimes, todos podemos ayudar. Lo importante es la actitud de cada uno. Siempre hay una primera vez, y hay cosas que saldrán bien y otras que saldrán mal, pero si eres una persona con ganas de aprender y ayudar, ésta es la cualidad que más se valora para quienes quieren desempeñar esta tarea.
Infórmate bien sobre el estado de salud del animal que decidas acoger, ya que existen una serie de enfermedades que es mejor saber tratar por si en casa tienes otros animales, o incluso para acogidas futuras.
VENTAJAS:
Es ideal para aquellas personas que quieren tener la compañía de un animal pero no se pueden comprometer con una adopción.
La tranquilidad de que se trata de una acción temporal y no definitiva.
Puedes aprender y adquirir habilidades por si en el futuro te animas y quieres adoptar.
La experiencia de sentir el amor que los perros y los gatos son capaces de transmitir.
Salvarás a un animal de morir en la calle.
Te sentirás la mejor persona del mundo.
El animal tendrá la oportunidad de experimentar por primera vez el cariño y la tranquilidad de un hogar y una familia que se dedica a él.
DECIR ADIÓS NO ES FÁCIL:
Quizás esta sea la causa principal por la cual las personas no se animan a ser casa de acogida.
Es difícil separarse de un animal al cual has salvado de morir en la calle, has cuidado, has dedicado horas de sueño y has querido como a un miembro más de tu familia.
Pero en este caso, aunque así no lo parezca, quienes peor lo sentimos somos los humanos. Los animales se adaptan a cualquier tipo de situación, y una vez que se hacen a los nuevos humanos y sienten que los quieren, ya no sufren la despedida.
Como seres humanos debemos pensar que lo mejor para el animal es encontrar un hogar definitivo, y que el lugar que ese perro o gato ha dejado libre, lo hace para que entre otro animal necesitado como lo hizo el otro en su momento.
Si decimos que no a ser casa de acogida porque no queremos pasar por la despedida, al fin y al cabo estamos siendo un poco egoístas, pensando primero en nuestros sentimientos antes que en la vida del animal. A veces, hay que ser más altruistas y pensar primero en las necesidades del otro antes que en las nuestras, porque ser casa de acogida es uno de los actos más beneficiosos y hermosos que un ser humano puede hacer por un animal.
La sensación de júbilo que uno experimenta cuando su adoptante te envía fotos o videos donde se los ve felices es algo maravilloso, y solamente puedes sentirlo si has desempeñado esta tarea, porque ese animal tiene un adoptante y es feliz gracias al trabajo duro que la casa de acogida hizo en su momento al decidir salvarlo de la calle y darle un techo y una familia que se dedicó a él.